Haz que tu “hasta luego” cuente. Al despedirlo en la mañana, nada de un besito distraído en la mejilla... Bésalo fuerte. “Te tendrá en la mente todo el día y estará loco por verte esa noche”, dice Patricia A. Farrell, autora de How to Be Your Own Therapist (Cómo ser tu propia terapeuta).
Cambia el paso. “Para desterrar esa idea de que al llegar a casa se acaba la diversión del día, planea algunas sorpresas que lo mantengan a la expectativa”, añade Farrell. Por ejemplo, salgan a comer algo y a jugar billar en un bar cercano, o vayan al cine y, como cena, cómanse una gran bolsa de rositas de maíz.
Sé más efusiva. “Súbele el ego cuando menos lo espere”, señala Sheenah Hankin, autora de Complete Confidence (Confianza total). Déjale un mensajito en su celular o envíale un e-mail que diga: “Te extraño” o “Te adoro”. ¿Quién no correría a ver a alguien que lo hace sentir tan bien?
COSMOPOLITAN
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