Y EN LAS MAÑANAS NO QUIERO LEVANTARME...
Me encontraba en mi habitación (que en realidad era una mezcla de mi antigua habitación y la que me acababa de entrar por aquel entonces) acostada en la cama muy cómodamente. Tenía mucho sueño y estaba realmente agotada, quería descansar, descansar mucho.De pronto oí como la puerta se abría y me incorporé para ver quien venía a molestarme, pero lo que vi me dejó perpleja: montones de gente entraba por la puerta, uno detrás de otro, sin parar, hasta que la habitación quedó totalmente atestada de personas. Yo los miraba sin pestañear, intentando reconocer a alguien con la débil luz que entraba por la puerta aún abierta, pero no había manera, todos eran desconocidos.
La muchedumbre se veía contenta, reían sin parar, hablaban altísimo y para ellos era como si no exitiera, como si lo más normal del mundo fuese entrar en la habitación de alguien mientras duerme y montar una fiesta.El volumen de sus voces comenzó a ser ensordecedor, casi me hacía daño en los oídos, y yo sólo quería dormir de una vez, que se fueran todos y me dejasen en paz. Me enfadé muchísimo y abrí la boca para chillar con todas mis fuerzas que todos se fueran y me dejasen tranquila, pero no fui capaz de articular una sola palabra. Empecé a tomar aire, cada vez más nerviosa, como si fuese un pez fuera del agua, pero ninguna palabra salía de mi boca.Angustiada, sentí una opresión en el pecho y lo único que pude hacer fue llorar desconsoladamente. Después de llorar un rato, junto a mi cama apareo mi angel de la guarda, que al verme así me pregunto que era lo que me sucedía, pero me lo decía más con curiosidad que con preocupación. Intenté dejar de llorar, tomé aire una y otra vez, y como si fuese la última misión de mi vida, con un esfuerzo descomunal, conseguí susurrar mi deseo: "Quiero que se vaya todo el mundo. Quiero dormir"Desperté.
M.A.L.R.
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